La Zorra y las Uvas. Fábula de Esopo. Cuentos para niños con Actividades
Era un caluroso día de verano, y una astuta zorra caminaba por el bosque en busca de algo para calmar su hambre. Sus ojos brillantes y atentos no dejaban escapar ni un solo detalle del paisaje. Mientras avanzaba por un sendero, de repente, algo llamó su atención.
—¡Vaya! —exclamó la zorra, levantando la vista—. ¡Qué suerte la mía! ¡Un racimo de uvas! ¡Y parecen tan jugosas!
Las uvas colgaban de una alta parra, justo fuera de su alcance. Eran redondas, brillantes y de un púrpura intenso, lo que las hacía parecer aún más irresistibles. La zorra lamió sus labios, imaginando el dulzor de las uvas estallando en su boca.
—Solo tengo que alcanzarlas —se dijo a sí misma, convencida de que no sería tan difícil—. No pueden estar tan lejos.
La zorra dio un salto, extendiendo sus patas delanteras, pero las uvas seguían demasiado altas.
—Bueno, no pasa nada. Solo necesito un poco más de impulso.
Retrocedió unos pasos, tomó carrerilla y saltó con todas sus fuerzas. Pero, de nuevo, no llegó lo suficientemente alto. Las uvas colgaban allí, burlándose de ella desde las alturas.
—¡Solo es cuestión de intentarlo una vez más! —dijo, sin rendirse todavía.
Saltó de nuevo, esta vez con un gruñido de frustración, pero el resultado fue el mismo: las uvas seguían fuera de su alcance. Cansada y un poco avergonzada de sus fallidos intentos, la zorra empezó a sentir el agotamiento. Sus patas estaban pesadas y su ánimo se desinflaba.
—¡Bah! —bufó, dando media vuelta—. Seguro que esas uvas ni siquiera están maduras. ¡Deben estar verdes! No valen el esfuerzo.
Y con esa excusa, la zorra se alejó del lugar, sin mirar atrás.
Mientras se alejaba, el bosque susurraba a su alrededor, como si las ramas de los árboles, las hojas y el viento se rieran suavemente de la ironía. La zorra, orgullosa, caminaba fingiendo que no le importaba, pero en el fondo sabía que no era la culpa de las uvas, sino de su propio orgullo al no querer admitir que simplemente no podía alcanzarlas.
Moraleja: Es fácil despreciar lo que no se puede conseguir.
Con esta encantadora historia, Esopo nos recuerda cómo, a veces, cuando no logramos algo que deseamos, es más sencillo fingir que no nos importa en lugar de aceptar nuestras limitaciones o seguir intentando con humildad.
Actividades Para Infantil y Primaria.
Preguntas de Comprensión para Niños:
- ¿Qué estaba buscando la zorra al principio de la historia?
- (Respuesta esperada: Algo de comer, estaba buscando comida porque tenía hambre.)
- ¿Qué vio la zorra colgando de la parra?
- (Respuesta esperada: Un racimo de uvas.)
- ¿Cómo intentó la zorra alcanzar las uvas?
- (Respuesta esperada: Saltando varias veces.)
- ¿Por qué la zorra no pudo alcanzar las uvas?
- (Respuesta esperada: Porque estaban muy altas para ella.)
- ¿Qué dijo la zorra al no poder alcanzarlas?
- (Respuesta esperada: Que las uvas debían estar verdes y que no valían la pena.)
- ¿Crees que las uvas realmente estaban verdes? ¿Por qué crees que la zorra dijo eso?
- (Respuesta esperada: No, probablemente no estaban verdes. La zorra lo dijo porque estaba frustrada por no alcanzarlas.)
- ¿Qué nos enseña esta fábula?
- (Respuesta esperada: Nos enseña que a veces, cuando no conseguimos lo que queremos, decimos que no nos importa o lo despreciamos, aunque realmente lo queríamos.)
Actividades para Trabajar la Historia:
1. Dibujos de la Fábula
- Pide a los niños que dibujen los momentos más importantes de la historia. Por ejemplo:
- La zorra viendo las uvas.
- La zorra saltando para alcanzarlas.
- La zorra frustrada al no conseguirlas.
Luego, pueden contar la historia a través de sus dibujos.
2. Dramatización de la Fábula
- Divídelos en grupos y pídeles que representen la historia. Un niño puede ser la zorra, y otros pueden ser el narrador o los árboles y las uvas.
- Al final de la dramatización, puedes preguntarles cómo se sintió la zorra en cada parte de la historia.
3. Crea tu Propia Fábula
- Invita a los niños a inventar su propia versión de la historia, cambiando el animal o el objeto que no puede alcanzar.
- Por ejemplo, en lugar de una zorra, puede ser un gato tratando de alcanzar un ratón. Luego, pueden compartir sus nuevas fábulas con el grupo.
4. Reflexión Personal: «Algo que no pude alcanzar»
- Haz una ronda de conversación donde cada niño pueda contar alguna vez que quiso algo y no lo pudo conseguir. Pregúntales cómo se sintieron y si, como la zorra, dijeron que no era importante, aunque lo fuera.
- Es una buena manera de hablar sobre frustración y cómo enfrentarla.
5. Elaboración de una Línea de Tiempo
- Ayuda a los niños a crear una línea de tiempo con imágenes o palabras que representen el orden de los eventos en la fábula. Pueden usar recortes de papel para hacer las escenas clave y colocarlas en orden.
- Esto les ayuda a reforzar la secuencia lógica de la historia.
6. Juego: «Uvas Altas»
- Crea un juego en el que los niños deban intentar alcanzar una recompensa colgada (puede ser una pelota o una cinta) que esté fuera de su alcance.
- Después de varios intentos, hablen sobre cómo se sienten al no poder alcanzarla, y si esto les recuerda a la zorra en la historia. Esto les ayudará a empatizar con la situación del personaje.
Estas actividades ayudan a los niños a comprender la moraleja de la historia mientras desarrollan habilidades creativas, emocionales y de pensamiento crítico.